Oda a la belleza

Que vamos a hacerle, soy feliz, decía Neruda, y mucha gente no entiende, como en este mundo injusto y cruel, puede alguien ser feliz. 

Dejadnos ser felices y agradecidos, dejadnos disfrutar de los granos de la arena y de la profundidad de las calles, de la belleza en la arquitectura, de la luz vibrante de una vela, de la música de un piano, disfrutar del silencio.  Como no iba a ser feliz, si hay belleza en tantos aspectos, la hay en la simetría de las hojas, tanto como en el trabajo milimétrico de las maquinas, hay belleza en el agua, en el humo, en el vidrio, en la luz, madre mía, ¡pues hay belleza en todas partes!

Como no iba a ser feliz, con la cantidad de gente buena en este mundo, agradezcamos a los que se preocupan por el medio, a los que encuentran curas, personas que no esperan nada a cambio, o que simplemente quieren llevar una vida tranquila,  incluso de las personas ignorantes, ellos son los más felices. 

Soy tan feliz, soy feliz incluso en mi trabajo, pues trabajamos con el placer, que puede haber más bello? tan bonito es el amor verdadero, como lo es compartir un momento fugaz, vivamos intensamente el presente, fijándonos en cada detalle que nos puedan brindar nuestros sentidos, notemos el placer de cada instante, la sensualidad del cuerpo, incluso el erotismo de una mente, y una conversación inteligentes. 

Dejadnos disfrutar de la libertad, de nuestro cuerpo, de nosotros mismos, dejadnos ser felices sin ninguna razón. 

Y no olvidemos nunca que la maldad siempre hará más ruido, de que solo hace falta alguien, para hacer daño a cientos. No perdamos el amor a la humanidad, pues ya hemos llegado a este punto, y todavía y siempre nos necesitamos.

Con amor,